En la animación misionera estuvimos presentes algunas Hermanas Misioneras de la Consolata, dos padres de Misioneros de la Consolata, seminaristas del Teologado y Filosófico IMC, también estuvieron presente los Laicos Misioneros de la Consolata y el grupo de la parroquia la Infancia Misionera.
Hoy más que nunca la Iglesia pide que salgamos
al encuentro de nuestros hermanos que necesitan ser escuchados con misericordia
y ternura, acogerlos a todos en un abrazo fraterno. A la Iglesia le urge que
los Jóvenes, los Niños y los Adultos salgan a anunciar la Alegría del Evangelio,
con su testimonio de vida sembrando así en cada corazón el amor, la esperanza,
la consolación de Dios, a un mundo que está herido por la guerra, el odio, la división,
la venganza y la indiferencia.
Termino con una frase del Papa Francisco en la que nos invita
a salir de nosotros mismos y darnos a los demás sin reserva: “¡Tengamos también nosotros más
coraje para testimoniar la fe en Cristo Resucitado! ¡No debemos tener miedo de
ser cristianos y de vivir como cristianos!” Los cristianos, “debemos tener este
coraje de ir y anunciar a Cristo Resucitado. Porque Él es nuestra paz. Él ha
hecho la paz con su amor, con su perdón, con su sangre, con su misericordia”.