El Diaconado Permanente
En la Historia de la Iglesia, han
existido los diáconos lo podemos ver en los Hechos de los Apóstoles cuando “los Doce convocaron la asamblea de
los discípulos y dijeron: «No parece bien que nosotros abandonemos la Palabra
de Dios por servir a las mesas. Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a
siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, y los
pondremos al frente de este cargo; mientras que nosotros nos dedicaremos a la
oración y al ministerio de la Palabra.» Pareció bien la propuesta a toda la
asamblea y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a
Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de
Antioquía; los presentaron a los apóstoles y, habiendo hecho oración, les
impusieron las manos.” (Hch Ap. 6:1-6) y en Marcos «Porque el Hijo
del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
rescate por muchos» (Mc. 10:45).
La palabra diácono viene del latín diaconus, que significa:
«servidor». Sin duda el diaconado es un don que Dios da a los hombres casados
para que sirvan a la Iglesia y al mundo, también es una gracia que Dios va
regalando a las familias católica, ya que ellas también participan en el
servicio de la Iglesia y a su vez está llamado a dar testimonio del amor de
Dios.
El diacono sin duda tiene una
gran responsabilidad a demás de servir en el altar, de acompañar a las
comunidades, de velar por su familia que tienen que ser ejemplo y guía para
otras familias cristianas, ser una autentica iglesia domestica, es decir, vivir
al estilo de la Sagrada Familia de Nazaret, con su vida puedan surgir muchas
vocaciones como por ejemplo: La Vida Consagrada, Sacerdocio, Laical, Diaconado
y Matrimonial.
Los diáconos tienen muchos
modelos a seguir, pero de entre tantos hay uno en especial y es San Lorenzo fue uno de los siete
diáconos regionarios de Roma, fue ordenado diácono, y encargado de administrar
los bienes de la Iglesia y el cuidado de los pobres. El emperador Valeriano
proclamó un edicto de persecución en el que prohibía el culto cristiano y las
reuniones en los cementerios.
El alcalde de Roma, que era un
pagano muy amigo de conseguir dinero, ordenó a Lorenzo que entregara las
riquezas de la Iglesia. Lorenzo entonces pidió tres días para poder
recolectarlas y en esos días fue invitando a todos los pobres, lisiados,
mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él
ayudaba. El prefecto entonces le dijo: «Osas burlarte de Roma y del Emperador,
y perecerás. Pero no creas que morirás en un instante, lo harás lentamente y
soportando el mayor dolor de tu vida». Se dice que en medio del martirio, exclamó:
Dadme la vuelta, que por este lado ya estoy hecho.
Hoy nos sentimos felices porque
uno de nuestros hermanos querido de la fe, Laicos de las Misioneras de la
Consolata, se consagro como Diacono permanente, Didier te acompañamos con
nuestras oraciones y te deseamos que sea perseverante en este nuevo camino que
has comenzado tú y tu familia, Dios te ilumine en tu caminar y que la Virgen
Consolata sea tu guía y tu protección, que ella te cubra con su manto hoy y
siempre.
San Lorenzo Mártir intercede por
todos los diáconos, que se encuentran al servicio del altar, dale la fuerza
para que sean fieles a la misión que Dios les ha encomendado, de defender los
tesoros que la Iglesia tiene que son los pobres y los desamparados, la
sabiduría para llevar el mensaje de la Buena Noticia a todos aquellos que no la
conocen o que se encuentran desanimados en la fe y confundidos por tantas
preocupaciones de este mundo y ser
testimonios de su vida a los demás.
SAN LORENZO MÁRTIR RUEGA POR NOSOTROS.
Escrito por la Novicia Ana Luisa Castillo
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